Un ecosistema tan hostil y frío como el del Ártico resulta, sin embargo, el hogar de muchas especies de animales y de algunos grupos humanos, seres adaptados a la vida en un clima extremo. Cualquier cambio en el clima puede resultar fatal para ellos. Entre las especies más características, y también más sensibles a los cambios, se encuentra el oso polar, el mayor oso del planeta. Su zona de extensión son las áreas cercanas al Polo Norte (no existen en la Antártida), donde está sufriendo un deterioro de sus condiciones de vida según los hielos se retiran y su hábitat natural se modifica.
Los osos polares deambulan durante largas jornadas por el hielo marino del Ártico, buscan entre los agujeros o grietas, tratando de cazar peces y sobre todo focas o pequeñas ballenas belugas. Desde el hielo marino flotante tienen ventaja para la caza, especialmente sobre animales marinos que como la foca o la beluga tienen que salir a la superficie a respirar porque son mamíferos. Al desaparecer los hielos los osos pierden su zona natural de caza. En los mares abiertos resulta muy dificil cazar especies como las focas, ágiles y rápidas nadadoras, su presa favorita. En el verano ártico, los bloques de hielos son cada vez menores en muchas zonas, y quedan muy separados unos de otros, con frecuencia tienen que desplazarse entre ellos y nadar largas distancias, sino quieren quedar aislados en pequeñas islas o iceberg, sin el alimento necesario. Pero esas distancias son cada vez mayores y, aunque son excelentes nadadores, muchos terminan muriendo ahogados, especialmente las pequeñas crías que acompañan a las hembras.
Habría que añadir que se trata de animales adaptados al frío extremo, del que están protegidos por su enorme capa de grasa, soportando hasta 50 grados bajo cero. El calor no les viene nada bien y les afecta negativamente. Para colmo, al aumentar la temperatura, los osos pardos de zonas más templadas suben hacia el norte y terminan mezclándose con los osos polares, surgiendo individuos híbridos, lo que puede acelera su extinción como especie. Por otro lado, conforme aumenta su hambre algunos osos polares se acercan cada vez más a las zonas pobladas, lo que aumenta los recelos de los seres humanos, que los cazan por su potencial peligro (así ocurre en Groenlandia, Canadá o las islas Svalvard de Noruega).
En la actualidad el oso polar ha sido añadido a la lista de especies en peligro de extinción y en algunas zonas como la bahía de Hudson (Canadá) su población total ha disminuido un 22 por ciento.
En la actualidad el oso polar ha sido añadido a la lista de especies en peligro de extinción y en algunas zonas como la bahía de Hudson (Canadá) su población total ha disminuido un 22 por ciento.
Para acercarnos al conocimiento de todo lo relacionado con el osopolar, así como para profundizar en el impacto que el cambio climático está produciendo en su hábitat y formas de vida se puede consultar la siguiente web: www.osopolarpedia.com
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El oso polar se desplaza largas distancias en busca de alimento, caminando en el hielo o nadando en el agua. |
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